miércoles, 27 de febrero de 2008

¡Qué tan necesario es el silencio! De no ser por él, el ruido no tendría forma ninguna.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

----Pablo Neruda----

lunes, 18 de febrero de 2008

Sting & Gil Evans - Last Session


Por fin he encontrado algo digno de añadir a la botella en estos últimos días. No es material para gente que usa la música como medio sino como fin.

El bueno de Sting, el de la voz nasal, chillona, afinación dudosa, pero a pesar de todo, resultado exquisito, bandera de The Police se asocia con uno de esos músicos que siempre ha sido viejo, y que siempre se encuentra a la sombra de grandes trabajos, un feote llamado Gil Evans, con una ristra de sonoros a su disposición Todo para versionar canciones de uno de esos músicos que salen de vez en cuando y que remueven la historia, un irreverente que responde al nombre de Jimi Hendrix, además de interpretar clásicos propios (Roxanne, Tea in the Sahara) y otras piezas sobrecogedoras de la historia del sonido (Strange Fruit, de Billie Holliday).

P.D.: Click en la carátula

domingo, 10 de febrero de 2008

Oda a la guitarra

Ya han pasado los exámenes. Ahora, con tiempo para dar y regalar me dispongo a aprender a desafinar guitarras. Aprovenchando el acontecimiento, meto en mi botella esta oda rasgada del grande Pablo Neruda.

Delgada
línea pura
de corazón sonoro.
Eres la claridad cortada al vuelo:
cantando sobrevives,
todo se irá menos tu forma.

No sé si el llanto ronco
que de ti se desploma,
tus toques de tambor, tu
enjambre de alas,
será de ti lo mío,
o si eres
en silencio
más decididamente arrobadora,
sistema de paloma
o de cadera,
molde que de su espuma
resucita
y aparece, turgente, reclinada
y resurrecta rosa.
Debajo de una higuera,
cerca del ronco y raudo Bio-Bio,
guitarra,
saliste de tu nido como un ave
y a unas manos
morenas
entregaste
las citas enterradas,
los sollozos oscuros,
la cadena sin fin de los adioses.
De ti salía el canto,
el matrimonio
que el hombre
consumó con su guitarra,
los olvidados besos,
la inolvidable ingrata,
y así se tranasformó
la noche entera
en estrellada caja
de guitarra,
temblando el firmamento
con su copa sonora
y el río
sus infinitas cuerdas
afinaba
arrastrando hacia el mar
una marea pura
de aromas y lamentos.

¡Oh! soledad sabrosa
con noche venidera,
soledad como el pan terrestre,
soledad con un río de guitarras.
El mundo se recoge
en una sola gota
de miel, en una estrella,
todo es azul entre las hojas,
toda la altura temblorosa
canta.

---Pablo Neruda---

domingo, 3 de febrero de 2008

Clecla, de Julio Medem

Julio Medem. La gente de a pie no le encuentra el chiste. Los que tienen un poquito de registro elevado lo adoran. A mí, que estoy en vías de desarrollo, hay películas que no me llegan nada y otras que me parecen preciosas. De todas formas, este corto le gustará a todo mortal: su hija Alicia, con Síndrome de Down, nos presenta a su amiga Clecla. Tres minutos de ternura ácida en los que Alicia te involucra completamente en su mundito imaginario con la petarda de Clecla.


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