viernes, 27 de junio de 2008

Muros, por Eduardo Galeano

La situación del Sáhara es algo que todos los españoles, por responsabilidad, debemos conocer. Es inadmisible que nuestros gobiernos anden tolerando o intolerando situaciones lejanas mientras dan la espalda de un carpetazo a una de las cuestiones más silenciadas e ignoradas del teatro del mundo.

www.todosconelsahara.com [sólo una firma]

martes, 24 de junio de 2008

Kaya N’Gan Daya, de Gilberto Gil, 2002


Junto con Caetano Veloso (ya tendrá su hueco en alguna botella futura) o el artista plástico Helio Oiticia, Gilberto Gil fue uno de los protagonistas del movimiento cultural “tropicalista”, que apareció en Brasil en 1967 como un martillo sonoro contra la represión política del régimen militar que acampó en el país entre 1964 y 1985. Ha sufrido la cárcel, la censura y el exilio, se ha declarado consumidor de marihuana y se ha dejado adoctrinar por The Beatles, Jimi Hendrix, Bob Marley y el legado del Brasil clásico. Gil es uno de los más reputados y prolíficos músicos de Brasil, con unos 50 discos de su puño y letra.

Con la invitación de Lula da Silva, Gil asumió el Ministerio de Cultura de Brasil en 2003, en el que continúa, y desde el que defiende la libre circulación del arte como instrumento de cambio social, además de las dotaciones de tecnología para que la población más desfavorecida pueda expresarse artísticamente.

La botella de hoy no contiene ningún trabajo representativo del señor Ministro. Se trata de un disco de versiones de Bob Marley que Gilberto arregla con verdadero encanto, añadiéndole pequeños toques tropicales al rey del reggae. Sobresalen Nao chore mais (versión en portugués de No Woman No Cry), Them belly full but we hungry o Could you be loved.

martes, 17 de junio de 2008

Josep Renau, el arte irrefrenable

Hoy he conocido a Joseph Renau, que se expone en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (Monasterio de la Cartuja, Sevilla) hasta este domingo. Me daba un poco de vergüenza escribir “hoy he conocido”, porque un artista de este calibre es de los que la cultura general debe contemplar, pero inmediatamente me he corregido: Renau está excluido de la cultura general. Renau debería resonar en cada homenaje que se le rinde a los intelectuales que aplicaron sus dotes a la causa republicana, como ocurre con la mayoría de los de la Generación del 27 o con Picasso. Miento, me quedo corto. Renau debería estar más reconocido que ellos por su implicación, por su labor real y concreta. Después de una primera etapa en la que su arte eran meras expresiones de técnica y modernidad, se aferró como ningún otro al arte utilitario, convocó a sus musas para combatir por lo que consideraba justo: diseñó carteles y campañas a favor de la república y cumplió una función fugaz pero fulminante en la conservación del patrimonio en medio de un convulso paraje (protegió obras, le encargó a Picasso el Gernika...). Obviamente, tras la guerra la vida sólo le era posible en el exilio, pero a salvo en México no dejó descansar sus tintas contestatarias, y le hacía todo el daño que podía al régimen y a los totalitarismos sin medias tintas, con un lenguaje contundente y metafórico pero sencillo como el pueblo al que lo dirigía. Después, en la Alemania Oriental, desde su acérrimo comunismo desenfrenó sus misivas contra el imperialismo, la sociedad de consumo y el capitalismo.


Lo que menos me ha gustado de la exposición es que no desentone en un museo de arte contemporáneo, porque sus denuncias, aunque se ubiquen en el pasado, son aberrantemente actuales.

Traducción de la primera imagen: "los negocios son los negocios". "El tiempo es dinero"

P.D.: juro que la próxima botella será positiva y liviana. Últimamente tengo un naufragio muy rebelde y no quiero cansar.



jueves, 12 de junio de 2008

El 11%

Es parte del temario de la asignatura, es, por tanto, insalvable.

Quería haber pasado rápido, quería haber leído lo justo y necesario, apuntar una ristra de cifras astronómicas, de convenios, enmiendas y encuentros multilaterales. Juro haber evitado personificarlo, haber intentado dejarlo en porcentajes inertes, en situaciones remotas, en realidades tan ajenas que uno no puede ni siquiera construir.

Pero el bulto es tan grande que me ha resultado imposible: un 11%, uno de cada diez niños de este mundo ya no son niños. La situación de la infancia es desdeñable, inabarcable. Dentro de ese 11% (unos 218 millones), 500.000 son soldados sin salirnos de África.

Hasta aquí es todo un duro golpe, pero la derrota me ha venido cuando he tenido que leer, aunque sea con la vista resbaladiza, testimonios como el siguiente para encontrar datos:


Abbas, que tiene ahora 17 años, vive con su tía y va a la
escuela. Durante la guerrra civil, que estalló en Sierra
Leona en 1991, se vio obligado a enrolarse en el Frente
Unido Revolucionario (RUF), un grupo rebelde. Recuerda
su vida antes de la guerra: “En la mañana mi madre me
pedía que barriese y limpiase. Mi padre manejaba un
camión grande. Cuando había luna llena jugaba con mis
compañeros. Jugábamos a la pelota y a las escondidas a la
luz de la luna”. Luego fue reclutado por el RUF: “Iba
camino al mercado cuando un rebelde me exigió que fuera
con él. El comandante me dijo que marchara con él. Mi
abuela discutió con él. La mató de dos balazos. Me dijo que
también me mataría a mí. Me ataron los codos a la espalda.
En la base, me encerraron en el baño durante dos días.
Cuando me dejaron salir, grabaron las letras RUF a través
de mi pecho. Me ataron para que no pudiera frotarme hasta
que sanara. Después me ponían inyecciones en las piernas
y me hacían un corte atrás de mi cabeza para meterme
cocaína... Pasaba cada vez que íbamos a hacer un ataque;
más de 15 veces”.
Como niño soldado, Abbas tuvo que perpetrar muchas
atrocidades: “Cuando los aldeanos se negaban a despejar
una zona los desnudábamos y los quemábamos vivos. A
veces usábamos plástico y otras veces un neumático. A
veces heríamos a alguien en el cuello, y lo dejábamos en el
camino para que muriese lentamente”. Le tomó largo
tiempo a Abbas regresar a una vida normal: “Hace tres
meses un amigo me insultó, me llamó rebelde que mató a
tanta gente y destruyó el mundo entero. Dije, ‘No volverás a
hacer esas observaciones’. Encontré a una mujer que
cortaba hojas de papa. Cogí su cuchillo y lo apuñalé. Le arranqué la piel”.

lunes, 9 de junio de 2008

"Unidos en la diversidad", el cinismo de un lema


La maravillosa Unión Europea del civismo, del himno de la alegría y de las correctas formas cada vez tiene las manos más sucias, los intereses más despiadados y el carácter más cínico.

El lema que en sus orígenes pretendía recoger la posibilidad de que los numerosos pueblos que habitan la tierra sean capaces de convivir enriqueciéndose de sus diferencias y dirigiéndose todos hacia el progreso máximo sin despojarse de sus legados, ese lema bien podría cambiarse por “unidos contra la diversidad”.

Si bien es verdad que de puertas para adentro, las fronteras han ido cayendo (libre circulación de personas, mercancías y capitales), la frontera exterior es un auténtico foso lleno de dragones, dobles vallas de alambrado de espino y patrulleras.

¿Inmi... qué? ¡Ah, inmigrantes, sí! Esos malintencionados que proceden de países que exprimimos porque los dejamos con el agua al cuello. No, gracias, aquí no los queremos, esto es una casa decente. De hecho, como se acerquen, les colgamos un cartel de delincuentes por el simple hecho de atreverse a poner aquí un pie. Y como veamos a alguno por aquí dentro, le vamos a dar de hostias hasta en el cielo de la boca. En resumen y en lenguaje de tasca, este es el color que está tomando la cabal Europa.

A la cabeza de la cruzada está Il Cavaglieri Berlusconi, que con casi un centenar de procesos judiciales abiertos y evadidos se dedica a perseguir chusma, que es más molesta que la basura napolitana.

Les dejo dos artículos (breves y llevaderos) sobre el tema en cuestión:

http://www.elpais.com/articulo/ultima/Emergencia/elpepiult/20080603elpepiult_1/Tes

http://www.elpais.com/articulo/opinion/sinrazon/Estado/elpepiopi/20080606elpepiopi_2/Tes


Este de regalo, algo más pesado pero con información más técnica al respecto:

http://www.elpais.com/articulo/internacional/UE/lima/ley/inmigracion/dara/ayuda/legal/gratis/detenidos/elpepiint/20080606elpepiint_10/Tes

P.D.: si no me auto-impusiera la corrección, habría despachado mejor a la panda de nazis que maneja la Fortaleza Europea.

lunes, 2 de junio de 2008

Los lunes y Octavio Paz

Hoy es lunes, enervante, patoso, lánguido, decepcionante, hiriente y tóxico lunes. La causa del lunes suele estar, al menos en mi caso, en la fatídica noche del domingo, que ha sido justamente como Octavio Paz relata aquí abajo

TRABAJOS DEL POETA
VIII

ME TIENDO en la cama pero no puedo dormir. Mis ojos giran en el centro de un cuarto negro, en donde todo duerme con ese dormir final y desamparado con un que duermen los objetos cuyos dueños se han muerto o se han ido de pronto y para siempre, sueño obtuso de objeto entregado a su propia pesadez inanimada, sin calor de mano que lo acaricie o lo pula. Mis ojos palpan inútilmente el ropero, la silla, la mesa, objetos que me deben la vida pero que se niegan a reconocerme y compartir conmigo estas horas. Me quedo quieto en medio de la gran explanada egipcia. Pirámides y conos de sombra me fingen una inmortalidad de momia. Nunca podré levantarme. Nunca será otro día. Estoy muerto. Estoy vivo. No estoy aquí. Nunca me he movido de este lecho. Jamás podré levantarme. Soy una plaza donde te embisto capas ilusorias que me tienden toreros enlutados. Don Tancredo se yergue en el centro, relámpago de yeso. Lo ataco, mas cuando estoy apunto de derribarlo siempre hay alguien que llega al quite. Embisto de nuevo, bajo la rechifla de mis labios inmensos, que ocupan todos los tendidos. Ah, nunca acabo de matar al toro, nunca acabo de ser arrastrado por esas mulas tristes que dan vueltas y vueltas al ruedo, bajo el ala fría de ese silbido que decapita la tarde como una navaja inexorable. Me incorporo: apenas es la una. Me estiro, mis pies salen de mi cuarto, mi cabeza horada las paredes. Me extiendo por lo inmenso como las raíces de un árbol. sagrado, como la música, como el mar. La noche se llena de patas, dientes, garras, ventosas. ¿Cómo defender este cuerpo demasiado grande? ¿Qué harán, a kilómetros de distancia, los dedos de mis pies, los de mis manos, mis orejas? Me encojo lentamente. Cruje la cama, cruje mi esqueleto, rechinan los goznes del mundo. Muros, excavaciones, marchas forzadas sobre la inmensidad de un espejo, velas nocturnas, altos y jadeos a la orilla de un pozo cegado. Zumba el enjambre de engendros. Copulan coplas cojas. ¡Tambores en mi vientre y un rumor apagado de caballos que se hunden en la arena de mi pecho! Me repliego. Entro en mí por mi oreja izquierda. Mis pasos retumban en el abandono de mi cráneo, alumbrado sólo por una constelación granate. Recorro a tientas el enorme salón desmantelado. Puertas tapiadas, ventanas ciegas. Penosamente, a rastras, salgo por mi oreja derecha a la luz engañosa de las cuatro y media de la mañana. Oigo los pasos quedos de la madrugada que se insinúa por las rendijas, muchacha flaca y perversa que arroja una carta llena de insidias y calumnias. Las cuatro y treinta, las cuatro y treinta, las cuatro y treinta. El día se me echa encima con su sentencia: habrá que levantarse y afrontar el trabajo diario, los saludos matinales, las sonrisas torcidas, los amores en lechos de agujas, las penas y las diversiones que dejan cicatrices imborrables. y todo sin haber reposado un instante, pues ahora que estoy muerto de sueño y cierro los ojos pesadamente, el reloj me llama: son las ocho, ya es hora.


Gracias que al amanecer me encontré varios rizos por ahí desperdigados que me animaron un poco el comienzo