lunes, 31 de diciembre de 2007

Por quién doblan las campanas

Acabo de empezar a leer esta famosa novela de Heminway y quería encerrar en mi botella la sonora cita con la que se abre el libro, que verdaderamente me ha aportado una visión nueva sobre la humanidad, o mejor, le ha dado palabras al modo en que la entiendo sin que hasta la cita hubiera dicho: ¡Eso es!

Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas; doblan por ti.

--John Donne--

Feliz año nuevo, ¡qué irónico que se anuncie con doce campanadas!

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