miércoles, 26 de mayo de 2010

Las botellas y Benedetti


Me encontraba en mi isla, enmimismado como de costumbre, absorto, reseñando una tras otra conferencias de iluminados que deciden que lo que han descubierto es de vital importancia, y hasta cobran por ello. Me encontraba solícito en terminar estos trabajos pendientes que clausuran el máster, cuando, en un descanso, me encontré con la preciosa película que adjunto y que me recordó a prácticamente cualquiera de los Poemas de la oficina de mi poeta de cabecera, don Mario Benedetti, que ya descansa.

El video es un poema visual de 10 minutos en el que se contrapone el soplado artesanal de vidrio con la fabricación en cadena de botellas, todo a ritmo de jazz y máquinas. Un simbólico y sutil enfrentamiento a la cosificación de los seres humanos, a la estandarización de nuestros gustos, formas y colores. Una auténtica maravilla hipnótica. A las letras, Benedetti, con su Ángelus


Video extraído de http://naranjasdehiroshima.blogspot.com/

Quién me iba a decir que el destino era esto

Ver la lluvia a través de letras invertidas,
un paredón con manchas que parecen prohombres,
el techo de los ómnibus brillantes como peces
y esa melancolía que impregna las bocinas.

Aquí no hay cielo,
aquí no hay horizonte.

Hay una mesa grande para todos los brazos
y una silla que gira cuando quiero escaparme.
Otro día se acaba y el destino era esto.

Es raro que uno tenga tiempo de verse triste:
siempre suena una orden, un teléfono, un timbre,
y, claro, está prohibido llorar sobre los libros
porque no queda bien que la tinta se corra.

4 comentarios:

Miguel Ángel Velasco Serrano dijo...

Precioso obsequio que nos ofreces con esa película a ritmo de música de los tiempos del cine mudo.

Por un momento me transportaste a otra época.

También me suena, salvo por la ambientación musical que debería sonar de otra manera, a las cadenas que describe Aldous Huxley en su “Un mundo feliz”, que leí ya ni me acuerdo cuándo.

En efecto, arte versus eficacia, humanidad frente deshumanización, manufacturas frente producción en cadena… ¿Salimos ganando?

En fin, ya la tinta no se corre ni aunque le lluevan cataratas de lágrimas: el toner de las fotocopiadoras es lo que tiene, que, aunque se moje, no se diluye. Una pena.

El lanzador de botellas dijo...

Ya, aunque no creo que sea la modernidad en sí lo que pierde preciosismo.

"Un mundo feliz"... qué mella me hizo.

Miguel Ángel Velasco Serrano dijo...

Tal vez tengas razón y la modernidad que disfrutamos haya perdido su lustre por motivos ajenos a ella. ¿Qué te parece El Muro? Y ¿también Orwell y su granja?

En todo caso ni aquello era jauja, ni esto es el infierno. Es posible que no nos guste mucho nuestro presente, pero tampoco a ellos les gustó demasiado el suyo. Merced a esa inquietud e inconformismo se progresó, y lo seguiremos haciendo; no me cabe la menor duda.

Unknown dijo...

Hola! me encantó su página, en especial este video que está muy entretenido y por supuesto que tiene buena música ^.^



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