lunes, 8 de septiembre de 2008

"En un mundo libre" y las revueltas de Roquetas


“En un mundo libre” es la última película de Ken Loach y la última película que he visto. Su protagonista, una rubia puteada en su trabajo, una empresa de trabajo temporal que contrata a inmigrantes, monta en cólera por aguantar a sus jefazos, que la echan. En su afán de venganza y haciendo uso de su iniciativa, monta una empresa del mismo estilo para que nadie más la putee, convirtiéndose en su propia jefa, en tirana jefa que explota a inmigrantes, que no les paga, que les promete e incumple las promesa, que los desprecia...

En España, el 52% de los pobres son inmigrantes procedentes de fuera de la UE (yo llamaría “turistas” a los de dentro). Ante la situación actual del paro, el portavoz parlamentario del PSOE dijo que "Lo prioritario es atender a los ciudadanos españoles que necesitan trabajar. Si hay un puesto de trabajo que puede ser cubierto, en función de la cualificación requerida, por un desempleado español, éste tiene que tener prioridad". Es decir, en vacas flacas, el extranjero tiene que ponerse a la cola, pero durante la bonanza, en los andamios no había mucho español, ni en el campo, ni en los bares y los hoteles; es decir, en vacas flacas, el extranjero se pudre en el paro, aunque durante la bonanza, el extranjero se pudra trabajando para se hinche la burbuja que ahora les explota en la cara...

Toda esta reflexión me iba viniendo tras la película y concluí: pocos problemas dan las comunidades de inmigrantes para como son tratados. Hoy, desayunando, me encuentro con que en Roquetas de Mar, los subsaharianos han reproducido revueltas desatadas por el asesinato de un senegalés de 28 años, apuñalado por un supuesto lío con el narcotráfico que todos los que lo conocían desmienten.

Después de la película y las reflexiones, mi corrección política no me permite justificar lo de Roquetas, pero lo empatizo perfectamente: no buscan venganza en las revueltas, buscan desahogar el hecho de haber nacido, por casualidad, en la parte quebrada del mundo, haber tenido que dejarlo todo y haber sufrido como nadie al separarse de su familia, haber sufrido una llegada dura, persecutoria, acusadora, haber aguantado el rechazo, la estafa, el robo, el hacinamiento, el despropósito, la desconfianza, el abandono de su condición de personas y el asesinato de un joven senegalés al que los medios ni siquiera llaman por su nombre.


El lanzador de botellas

5 comentarios:

Anónimo dijo...

El racismo internacional existe, no es lo mismo que muera un israelí (blanco, de clase media en adelante y con el apoyo del grande USA), que un palestino (moreno, musulmán, sin un duro, sin apoyo más que de ONG...), y así con todo.
Los inmigrantes vienen aquí para servirnos a nosotros los blancos, los occidentales, a que nos sigamos enriqueciendo a su costa, porque saquearles en sus propios países ya no nos es suficiente.

ONE ALLRIGHTY, y el mundo se quedará ciego...

Joselu dijo...

Un abrazo, amigo, me identifico con tu espíritu solidario aunque mis argumentos no sean los mismos. Tu blog es un espacio en el que se respira bien, es espacioso, auténtico, generoso, utópico y lleno de sensibilidad.

Anónimo dijo...

Seguimos teniendo la misma estructura social que en la Edad Media, solo que "gracias" a la globalización nosotros somos los nobles y todo el Tercer Mundo es el pueblo llano, a quienes nadie importa, que están solo ahí para enrriquecernos a costa de ellos. Tiene cojones la cosa.

Y la peli, sí, le doy un 7 en el Filmaffinity :P

Anónimo dijo...

Hola, te remito al siguiente enlace, intenta conprender una realidad cotidiana: sunugal.wordpress.com

Anónimo dijo...

jajajajaajaj ¿para que llamarle por su nombre cuando se le puede llamar simplemente senegalés?

Eso me pregunto yo: ¿para qué invocar a la realidad, pudiendo evocar a la utopía?