Exxon Mobil es la empresa con más beneficios del mundo y la primera potencia petrolera. Como resultado, las emisiones de CO2 de este gigante (más de una gigatonelada anual, o sea, más de un millón de toneladas) sólo la superan cinco países, a saber (casi no hace falta), EE UU, China, Rusia, Japón y la India.
Esta empresona, además, ha estado derivando parte de sus ahorrillos al grupo de indolentes que todavía se muestran escépticos con el cambio climático. En cifras, 23 millones de dólares han ido a los bolsillos de 43 grupos de “expertos” con el designio de desmentir la existencia del calentamiento mundial y, sobre todo, la responsabilidad de la actividad humana en todo este hervidero. (Financiado así, más de uno se apuntará al escepticismo). Los fines de estas contrainvestigaciones, además de, obvio, relajar a la opinión pública, eran el retrasar las medidas del Gobierno de Estados Unidos para recortar las emisiones y frenar la búsqueda de energías alternativas.
En los últimos días se ha hecho pública una noticia: con el derretimiento de los polos (fenómeno probadamente inexistente según Exxon), se están liberando millones de toneladas de gas metano contenido en los fondos marinos. El gas metano es 20 veces más dañino que el CO2, el planeta bulle, se achicharra y se sacude y los magnates de Exxon Mobil amasan la mayor fortuna mundial y financian la levadura escéptica para que nadie los pare. Y además, con la nueva fase del neoliberalismo, si algún día dejan de ser retorcidamente ricos y quiebran, papá-Estado los acogerá cual hijo pródigo; pero sobre actual Socialismo para ricos ya tiraré una botella otro día (y con suerte le cae en la cabeza a alguien que se lo merezca)
Texto de la foto: Beneficios de la compañía / Calentamiento global