martes, 22 de abril de 2008
Los comedores de patatas, de Vincent Van Gogh
Exhaustos, raídos, en penumbra, aislados y huesudos. Los comedores de patatas mastican por la noche el fruto que sus cuerpos trabajan por el día sin cruzar miradas ni palabras. Impresionismo barroco lleno de sombras de desgana, amarilleado por una bombilla de dignidad que pone al descubierto la miseria de los de muy abajo. Estos, y no principes ni damiselas, son para Van Gogh los protagonistas del mundo.
Me que con el de más a la izquierda, que apunta sus ojos saltones y acuosos hacia la mujer de la derecha -tal vez su madre-, de expresión resignada, de alegrías abatidas, que sirve humildes cafés. La mira con una voz amarga, de fondo frustrada, y parece que piensa: no es esto lo que te correspondía, mamá.
En el centro, pero menos alumbrada que ninguno, una niña, hija tal vez de alguno, de figura opaca, relata con su nuca y con su espalda el cúmulo de fatigas de otra noche de patatas, el destino preasignado de la hija del desfavorecido.
P.D.: si me visitais, sed benevolentes y soltadme un comentario, que me hace ilusión saber que mis botellas no se pierden por el fondo de algún sitio.
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9 comentarios:
recogí una botella...
No esperaba menos de ti, señorita de los rizos.
Besos
tu botella ha cruzado el rio para ser alcanzada por las manos de un sudaka
mucha suerte
y hasta siempre
paix
y
amor
No se pierden descuida, se encuentran...
Tu botella ha llegado a las costas atlánticas, en Galicia, un día de mar fuerte y con tormenta.
Precioso el post sobre "los comedores de patatas".
Saludos. María.
recogí la botella para un trabajo para el cual me ayudo mucho
Desde Uruguay MUCHAS GRACIAS! muy bueno tu sitio
tu botella llegó hasta México... una obra excelente... d un pintor extraordinario... la vida de los campesinos.. dond la mirada es acusadora, lleno de cansancio, tristeza de huele en todo este cuadro...
byeps
Gracias, Andy, María y a los anónimos también. Acabo de descubrir varios de los comentarios ahora mismo.
Me alegra infinito que mis botellas lleguen a tantos puntos del mundo. Y me alegran que sea útiles o que se rocojan en días tormentosos.
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