Acaso la vida es un castillo de naipes: una metáfora trillada, la debilidad del viento o, cuanto menos, un vavién de fragilidades.
Y añades una carta y cae. Y añades otra y se mantiene. Y así, entre derrumbes y crecidas, va la vida despacito. Tal vez pensaste que lo peor sea que caigan todos los naipes en pleno periodo de crecida, y dejaste media baraja esparcida por el suelo, y te quedaste mirándola abrazándote las piernas con la cabeza sobre las rodillas... pero, ¿sabes? lo único malo, lo único aterrador es no tener baraja.
--Mío--
lunes, 7 de enero de 2008
Un castillo de naipes (22/01/06)
Hay momentos en la vida que son más cómodos que otros. Y puede que tanto yo como los lectores del blog (mis más o menos allegados) suframos ahora la incomidad de un mal momento (futuros inciertos, presentes raros...). Hace casi dos años escribí una tontería muy breve que será la primera que publique de no muchas composiciones propias, no tengo muchas. Hoy la he leído y me ha dado ánimos:
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3 comentarios:
Querido Tuyo,
Desde mi humilde posición de lector, siento la obligación de decirte que deberías escribir más a menudo
Permíteme, también, felicitarte por tu blog...si hubiera más blogs así, me atrevería incluso a pensar que el mundo no va tan mal.
Gracias por dejarnos descubrirte un poquito más a través de la literatura.
Me despido con un fuerte abrazo y un beso sonoro,
La Tata
¡Hola!
No sé quien eres, pero me has sacado los mismos colores que me puede sacar mi abuela.
Muchas gracias.
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