martes, 17 de junio de 2008

Josep Renau, el arte irrefrenable

Hoy he conocido a Joseph Renau, que se expone en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (Monasterio de la Cartuja, Sevilla) hasta este domingo. Me daba un poco de vergüenza escribir “hoy he conocido”, porque un artista de este calibre es de los que la cultura general debe contemplar, pero inmediatamente me he corregido: Renau está excluido de la cultura general. Renau debería resonar en cada homenaje que se le rinde a los intelectuales que aplicaron sus dotes a la causa republicana, como ocurre con la mayoría de los de la Generación del 27 o con Picasso. Miento, me quedo corto. Renau debería estar más reconocido que ellos por su implicación, por su labor real y concreta. Después de una primera etapa en la que su arte eran meras expresiones de técnica y modernidad, se aferró como ningún otro al arte utilitario, convocó a sus musas para combatir por lo que consideraba justo: diseñó carteles y campañas a favor de la república y cumplió una función fugaz pero fulminante en la conservación del patrimonio en medio de un convulso paraje (protegió obras, le encargó a Picasso el Gernika...). Obviamente, tras la guerra la vida sólo le era posible en el exilio, pero a salvo en México no dejó descansar sus tintas contestatarias, y le hacía todo el daño que podía al régimen y a los totalitarismos sin medias tintas, con un lenguaje contundente y metafórico pero sencillo como el pueblo al que lo dirigía. Después, en la Alemania Oriental, desde su acérrimo comunismo desenfrenó sus misivas contra el imperialismo, la sociedad de consumo y el capitalismo.


Lo que menos me ha gustado de la exposición es que no desentone en un museo de arte contemporáneo, porque sus denuncias, aunque se ubiquen en el pasado, son aberrantemente actuales.

Traducción de la primera imagen: "los negocios son los negocios". "El tiempo es dinero"

P.D.: juro que la próxima botella será positiva y liviana. Últimamente tengo un naufragio muy rebelde y no quiero cansar.



2 comentarios:

Maga dijo...

Por más densas que puedan ser la entradas anteriores, lamentablemente son reales y por lo tanto publicables como denuncias.
Con respecto a lo publicado el 9 de junio; no es una historia muy reciente sino el eterno ciclo que tuvo inicio, para nosotros los latinoamericanos, en 1492 y que está muy bien explicado en Las venas abiertas de americaltina de E. Galeano, por si te interesa.
Lanzador de botellas, esto va sin ningún grado de resentimiento.

Saludos.

Yo desde Chile

El lanzador de botellas dijo...

Gracias por tu apoyo, Maga.
Respecto a lo de E. Galeano, hace tiempo que persigo leerme esa obra. Ya son muchas, y de personas muy fiables, las recomendaciones. Entiendo que no sea con resentimiento, aunque quizás lo grave de ahora es que se supone que vivimos en la "era de la información" y sigue ocurriendo.

Un saludo