martes, 24 de junio de 2008

Kaya N’Gan Daya, de Gilberto Gil, 2002


Junto con Caetano Veloso (ya tendrá su hueco en alguna botella futura) o el artista plástico Helio Oiticia, Gilberto Gil fue uno de los protagonistas del movimiento cultural “tropicalista”, que apareció en Brasil en 1967 como un martillo sonoro contra la represión política del régimen militar que acampó en el país entre 1964 y 1985. Ha sufrido la cárcel, la censura y el exilio, se ha declarado consumidor de marihuana y se ha dejado adoctrinar por The Beatles, Jimi Hendrix, Bob Marley y el legado del Brasil clásico. Gil es uno de los más reputados y prolíficos músicos de Brasil, con unos 50 discos de su puño y letra.

Con la invitación de Lula da Silva, Gil asumió el Ministerio de Cultura de Brasil en 2003, en el que continúa, y desde el que defiende la libre circulación del arte como instrumento de cambio social, además de las dotaciones de tecnología para que la población más desfavorecida pueda expresarse artísticamente.

La botella de hoy no contiene ningún trabajo representativo del señor Ministro. Se trata de un disco de versiones de Bob Marley que Gilberto arregla con verdadero encanto, añadiéndole pequeños toques tropicales al rey del reggae. Sobresalen Nao chore mais (versión en portugués de No Woman No Cry), Them belly full but we hungry o Could you be loved.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Qué ritmo tiene el ministro! Es un honor que el ministerio de cultura lo integren quienes contribuyen a la cultura.

El nuestro, César Antonio Molina, tira por la literatura y tiene más de 30 libros públicados. Nada mal.

Un besillo. Poquito a poquito sé cada vez más de música gracias a tí jeje.